El relato clásico y mitológico del que se encargan los cuentos maravillosos y las fábulas, ha quedado relegado a un pasado que poco tiene que ver con el presente tecnológico que caracteriza a nuestra sociedad. Ésta se ha visto obligada a materializar su imaginario en productos adaptados a la realidad. Los videoclips hoy en día son una de las principales manifestaciones portadoras de todos aquellos elementos que nos sitúan en los orígenes de la construcción arquetípica que nos prepara para afrontar la cultura y la vida a la que hemos llegado.Uno de los "cuentos maravillosos" más antiguos es La Cenicienta, transmitido hasta donde se conoce de forma oral y recogido en diferentes culturas.
De igual forma que la sociedad ha ido evolucionando desde entonces, lo ha hecho el cuento de La Cenicienta. La sociedad occidental, fue evolucionando en tecnología y mentalidades, y desde luego hoy en día la película sigue siendo el referente, pero las elaboraciones actuales ya no pueden centrarse en una criada que vive en un castillo y va al baile de un príncipe casadero.
Las poblaciones, las ciudades, las familias, etc., han cambiado, al igual que la situación y la forma de ser de la mujer. Los niños y los jóvenes crecen viendo cine, televisión, jugando a videojuegos y relacionándose a través de internet, por eso es importante centrar la mirada en cómo se reciben ahora los cuentos maravillosos.
En este sentido, el videoclip, que se descubre como una de las últimas formas de expresión y comunicación audiovisual, se ha configurado como un espacio sin reglas que se presta a la creación artística pero también a la labor de la publicidad, de forma que estereotipos y simbolismos son el plato principal.
De este modo, los cuentos maravillosos han quedado relegados a este tipos de producciones. Sigue habiendo cenicientas, pero también hay cenicientos, y sobre todo, ya no acuden a castillos reales para buscar a sus príncipes. Ahora, hay otros lugares, y también otras formas.
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